Puede parecer una locura, pero sí: hay quien decide hacer una mudanza en vacaciones. Mientras otros están bronceándose en la playa o tomando mojitos al borde de una piscina, tú estás envolviendo vasos, cargando cajas y luchando por no derretirte bajo el sol con una cinta de embalar pegada al brazo. ¿Y sabes qué? Puede salir bien… si lo haces con cabeza.
Ya sabes que en Hotelnoblesse.it somos grandes defensores de viajar, del turismo y de disfrutar del tiempo libre bien ganado… Pero, ¿qué ocurre si la mejor manera de aprovecharlo es iniciando una nueva etapa de nuestra vida? En ese caso, puede que una mudanza se convierta en las mejores vacaciones posibles.
Porque claro, hacer una mudanza en vacaciones tiene sus ventajas: tienes tiempo libre, menos tráfico entre semana y más disponibilidad para organizarlo todo sin la presión del trabajo. Pero también hay enemigos: las altas temperaturas, la falta de ayuda (¿quién quiere levantar un sofá con 35º a la sombra?) y los imprevistos típicos del verano. Pero no te preocupes, aquí te damos los mejores tips para que sobrevivas a la experiencia y no acabes empadronado en el salón de tus padres.
Lo primero de todo: ¿vas a confiar en profesionales? Nuestra recomendación es que sí. Existen muchos expertos en mudanzas y guardamuebles en Madrid, por ejemplo, que pueden hacer que todo sea más rápido, cómodo y, sobre todo, satisfactorio.
Mudanza en vacaciones: guía exprés para no derretirte en el intento
Ya que decidiste cambiar de casa justo cuando el sol podría freír un huevo en el capó del coche, más vale que vayas con estrategia. Aquí tienes una lista de recomendaciones que pueden convertir tu mudanza en vacaciones en algo menos traumático (y hasta eficiente, con suerte):
- Evita las horas punta de calor: Levántate temprano o aprovecha el atardecer. Las cajas pesan igual, pero al menos no sentirás que el sudor se te convierte en lava.
- Hidrátate (¡y no hablamos de cerveza!): Ten agua fresca a mano para ti, tus ayudantes y, si los hay, los profesionales. Tu cuerpo te lo agradecerá… y tu humor también.
- Haz limpieza previa: ¿Realmente necesitas ese suéter navideño de 2013 o el exprimidor que nunca usaste? Cuanto menos cargues, menos sufrirás.
- Contrata una empresa de mudanzas: En serio, no es un lujo, es una inversión en tu salud física y mental. Insistimos porque creemos que una mudanza en vacaciones ya es suficientemente dura, como para no tener unos brazos fuertes que nos acompañen. Que ellos carguen el armario y tú te encargas de dar instrucciones con un abanico en la mano.
- Protege lo sensible al calor: Velas, cosméticos, aparatos electrónicos… no todo sobrevive bien en una furgoneta a 40 grados. Llévalos contigo, con aire acondicionado, como si fueran bebés.
- Consulta horarios y restricciones locales: Algunas ciudades limitan las mudanzas en ciertas fechas o franjas horarias en verano. ¡No dejes que una multa te arruine el día!
- Tómate un día de descanso post-mudanza: No, no eres un robot. Después de mover tu vida en cajas, necesitas un respiro. Aunque sea en el suelo de tu nueva casa con un ventilador apuntándote a la cara.
Si vas a hacer una mudanza en vacaciones, hazla bien. No será como unas vacaciones en Bali, pero con una buena planificación puede ser una aventura… sin tanto drama y con final feliz.